Fruta típica de principios de otoño, perfecta para ir a buscar con los peques.
La creencia popular dice que la ingesta excesiva de madroño podría llevarnos a un estado etílico. Sea como sea, no hay que comer en exceso. Yo sólo os diré que tenía un perro que le encantaba y cuando saliamos a pasear, lo tenía que llevar de vuelta en brazos... Hay que tener en cuenta que el madroño tiene una semilla molesta y hay que colarla bien.
Si no tenéis lima podéis sustituirla por limón en la misma proporción.